miércoles, 9 de abril de 2014

Reencuentro

Día 19
Había pasado una semana, en la cual Begoña y Anastasia intentaron por todos sus medios que me sintiese como en casa, pero todos sus intentos chocaban de lleno con mi indiferencia, comía cuando me traían alimentos, dormía cuando me decían, hacia lo que me decían, cuando me lo decían, donde me lo decían, interacción cero patatero.
La verdad es que las hice pasar una semana bastante mala, ellas intentando animarme y hacerme sentir bien y yo ignorándolas, durante esa semana me fueron trayendo mis cosas de casa, intentando que me animase, pero conseguían el efecto contrario me sumía cada vez mas en un estado depresivo, me había dado cuenta de que de allí no me iban a dejar salir y aunque consiguiese escapar no tardarían en volver a cogerme y no al no encontrar una salida me hundía cada vez mas en la depresión.
Supongo que durmiendo en algún momento se me debió escapar algo sobre mi madre, hoy note que las dos estaban mas nerviosas de lo normal sobre todo la doctora andaban todo el rato cuchicheando, hablando por teléfono en susurros, finalmente me hizo ponerme un traje, bueno parte de un traje, porque con la escayola no me podía poner la chaqueta ni estirar la manga de la camisa, me peinaron y me montaron en un cochecito eléctrico y me llevaron hasta un edificio con una escalinata, cuando empezamos a subir me empecé a poner nervioso, era una sensación extraña que me hacia mirar a mi alrededor buscando no sabia el que. La doctora hizo una llamada cuando llegamos a las puertas del edificio y alguien abrió la puerta e intercambio unas palabras con la doctora.
-Doctora Anastasia espero que sepa lo que está haciendo
-Eso espero yo también.
Entramos y miré a todos los lados buscando a la voz, había reconocido la voz como perteneciente a la jefa de emergencias que me trajo aquí y quería ajustarle las cuentas, no la vi por ningún lado. Avanzamos unos 50 metros por pasillos, giramos en varias esquinas y tras pasar un par de puertas nos paramos delante de una muy ricamente decorada, la sensación extraña que había notado desde que nos acercamos al edificio se había ido intensificando y ahora me impelía a avanzar, eso es lo que hice, abrí las puertas y clave mi mirada en la persona sentada en el escritorio a cinco metros.
El siguiente minuto es muy difuso, tenia que llegar hasta la persona de la mesa eso es lo único que recuerdo. Solo caminaba, un paso, luego otro, así hasta completar los cinco metros, llenos de obstáculos, los cuales fui esquivando con los ojos anegados de lágrimas sin ver, sin separa los ojos de esa mujer, presidiendo la sala. Obstáculos que se interponían en mi camino, hacia ese escritorio, en los que para mi se había convertido en lo mas importante del mundo. No veía nada, sentía los obstáculos a mi alrededor; donde estaban, que hacían, como se sentían, sus próximas acciones y al fondo a menos de cinco metros la mujer que era mi objetivo, irradiando una calidez como hacia mucho que no sentía.
Finalmente llegué a la mesa y me abrace a mi madre que estaba esperando con los brazos abiertos y caímos de rodillas al suelo mientras, aspiraba el aroma de su pelo por primera vez desde hacia 10 años.
No era capar de hablar, pero mi cerebro empezó a funcionar a mil por hora y a acumular preguntas un millón mas a las que ya tenia, pero mi cerebro y mi boca no se comunicaban, solo pude decir.
-Mamá.
-Si hijo, si. Mamá está aquí. Sssss no digas nada. Ya todo está bien... Olga querida da por finalizada la reunión y que no salga de aquí lo que ha ocurrido.
Hubo algo de movimiento en la sala pero yo seguí sin separarme de mi madre a la que hacia tanto tiempo que no veía.
-Bueno bueno bueno, la que has liado en un momento ¡eh!.
La miré a los ojos con una risa bobalicona, sin saber que me estaba contando.
-Si, si te digo a ti. ¡Te parecerá poco! Lesionar y deshacerte de la mitad de mi escolta.
-Lesionar... deshacer... mitad... escolta._estaba obligando a mi cerebro a funcionar. Costaba.
-Si, si, eso mismo, están detrás tuyo.
-Detrás... mio... ¡Si solo he caminado hasta ti! Me llamabas_ya era capaz de pensar por mi mismo, aunque no mucho.
-¡Solo dices! ... mmm... te creo, pero echa un vistazo detrás tuyo.
Arriesgue un vistazo alrededor nuestro y vi a 7 chicas tiradas por el suelo había otras 5 ayudando a las caídas dos mas en la puerta de entrada con cara de enfadadas, reteniendo a Anastasia y Begoña sin quitarme ojo, así como otra cerca, de pie a nuestro lado, estática, sin prestarnos atención pero pendientes de nosotros. Me vino a la mente a modo de flash de los cinco metros que caminé entre ellas, me fue cambiando la cara.
-¡Oh oh! Mamá, lo siento, no era mi intención lesionar a nadie ¡ni siquiera se como lo he echo! Cuando se abrió la puerta y te vi, solo podía pensar en llegar hasta ti, se que algo se interpuso en mi camino, pero simplemente lo esquivé.
-Lo sé y no te preocupes, de momento, en un par de días estarán recuperadas, les dolerá un poco el orgullo ,ya nos preocuparemos de eso mas adelante. Anastasia revisa a las chicas y me das un informe, Begoña échale una mano con las curas, Olga ayúdame a levantarme y después con cuidado entre las dos levantamos a Segismundo, es mi hijo sabes y aunque no lo parezca tiene un par de costillas rotas.
-Si “Madre”.
La tal Olga enarcó una ceja, como si no se creyese lo que decía, pero no discutió y se dispuso a levantara mi madre. Entre las dos me levantaron con mucho cuidado y aun así no pude evitar poner una mueca de dolor y perder el aliento.
-Puedo echar un vistazo a esa costilla_dijo Olga.
Me miraba a mi, mire a mi madre que se encogió de hombros sin perder la sonrisa, no me dio tiempo ni a decir que si, me cogió el brazo escayolado a la altura del hombro, por encima de la escayola, me lo sujetó firmemente y estuvo palpando mi hombro izquierdo, el dislocado, por las costillas, brazo, luego me quitó la camisa y siguió palpando en un momento dado cambio la sujeción por la del otro hombro y tiró hacia arriba a la vez que metía dos dedos debajo de la axila. No era un dolor insoportable, aunque tampoco se lo podía decir, la muy cabrona me había dejado sin poder hablar, soltó la presión treinta segundos después y me quedé jadeando.
-Un nervio pinzado y el tendón fuera de su sitio. Tres sesiones mas.
-Lo dejo en tus manos Olga._solo cabeceo, ni una palabra mas.
Salió de la sala a la vez que una de las chicas de la puerta se coloco a nuestro lado. Anastasia ya había terminado de reconocer las lesiones de las chicas, estaba esperando apartada para dar su informe. Cuando vio que mi madre la prestaba atención dio un paso adelante, se dejo caer de rodillas al suelo e inclinándose hasta tocar con la frente el suelo estirando los brazos juntos hacia delante. Begoña se dio cuenta de lo que hacia Anastasia he hizo intención de acompañarla.
-Begoña ¡Esto no es asunto tuyo!_dijo mi madre.
Estábamos observando a Anastasia cuando entro Olga seguida de seis chicas de seguridad, que se desplegaron rodeando nuestra posición, a un gesto de Olga una de ellas adoptó la misma postura que Anastasia, dejando espacio suficiente para moverse alrededor. Venia con la vista baja y el pelo por la cara y no vi quien era, aunque supuse que era la persona que nos había dejado entrar.
Hice ademán de moverme pero mi madre me sujetó el brazo y vocalizando me dijo “Observa”. Olga empezó a pasearse entre ellas y con una fusta toco a la Doctora.
-¿Nombre?
-Anastasia Muñoz.
-¿Cual es su ocupación?
-Médico.
-¡Esto no es un hospital!, ¿Que ha venido hacer aquí?
-No señora. Evitar que Segismundo siguiese cayendo en una depresión.
Hubo un intercambio de miradas entre Olga mi madre y yo, solo pude encogerme de hombros y afirmar, sorprendido.
-Posición de espera._ladró Olga.
Anastasia irguiendo el torso y sin levantar la vista, coloco las manos sobre las rodillas con las palmas hacia arriba.
-Informa sobre el estado de las lesionadas de esta sala.
-Golpes, contusiones, dos dedos dislocados y una ceja rota, la enfermera Begoña se está encargan de la inmovilización y de curar la ceja.
Repitió la misma operación, solo que se demoró dando dos vueltas alrededor de Primavera.
-¿Nombre?
-Primavera Rivas Ortiz.
-¿Cual es su ocupación?
-Emergencia y seguridad.
-¿Que clase de emergencia es dejar pasar por su puesto de seguridad a personas ajenas a esta institución?
-Ninguna señora.
-¿Porque dejaste entrar a Anastasia, Begoña y Segismundo?
- Cumplía ordenes de la Doctora Anastasia.
-¡Ordenes! Esas ordenes incluían poner en peligro a La Madre y lesionar a 5 compañeras
-No señora. Solo permitirles la entrada. Para conseguir una audiencia y evitar que Segismundo, siguiese cayendo en una depresión. Se lo debo, por mi culpa
-¡Silencio! Posición de espera.
Ahora me tocó a mi. Y no se porque, pero Olga me dio miedo, aunque ni siquiera se me acercó.
-Nombre._mire a mi madre que solo me sonrío.
-Segismundo Perez Ortiz.
-¿Cual es tu ocupación?
-Estudiante.
-¿Cual era tu intención al venir aquí?
-Ninguna, no tenia ni idea de donde me estaban llevando, ¿si, ni siquiera se donde estoy?.
-¿Porque has agredido al personal de seguridad?
-Porque se interponían entre mi camino hacia mi madre. Tampoco soy consciente de haber agredido a ninguna de las chicas de seguridad, pero se que lo he echo y lo siento.
-Llevaos a esas dos de aquí.
No opusieron resistencia y aun así las de seguridad, dos por cada una, las trataron con rudeza pero sin hacer excesiva fuerza, era mas el gesto que otra cosa. Estaban saliendo por la puerta y me di cuenta que Begoña estaba cerca esperando.
-Begoña, si has terminado nos vamos.
-Estoy lista, Madre.

Se coloco a mi lado y salimos de la sala siguiendo a mi madre con Olga a la cabeza, la comitiva la cerraban las dos de seguridad que estaban en la puerta, recorrimos un par de pasillos, subimos una escalera y tras recorrer parte del pasillo nos paramos delante de una puerta y mi madre me pidió silencio antes de entrar.