Día
19
Había
pasado una semana, en la cual Begoña y Anastasia intentaron por
todos sus medios que me sintiese como en casa, pero todos sus
intentos chocaban de lleno con mi indiferencia, comía cuando me
traían alimentos, dormía cuando me decían, hacia lo que me decían,
cuando me lo decían, donde me lo decían, interacción cero
patatero.
La
verdad es que las hice pasar una semana bastante mala, ellas
intentando animarme y hacerme sentir bien y yo ignorándolas, durante
esa semana me fueron trayendo mis cosas de casa, intentando que me
animase, pero conseguían el efecto contrario me sumía cada vez mas
en un estado depresivo, me había dado cuenta de que de allí no me
iban a dejar salir y aunque consiguiese escapar no tardarían en
volver a cogerme y no al no encontrar una salida me hundía cada vez
mas en la depresión.
Supongo
que durmiendo en algún momento se me debió escapar algo sobre mi
madre, hoy note que las dos estaban mas nerviosas de lo normal sobre
todo la doctora andaban todo el rato cuchicheando, hablando por
teléfono en susurros, finalmente me hizo ponerme un traje, bueno
parte de un traje, porque con la escayola no me podía poner la
chaqueta ni estirar la manga de la camisa, me peinaron y me montaron
en un cochecito eléctrico y me llevaron hasta un edificio con una
escalinata, cuando empezamos a subir me empecé a poner nervioso, era
una sensación extraña que me hacia mirar a mi alrededor buscando no
sabia el que. La doctora hizo una llamada cuando llegamos a las
puertas del edificio y alguien abrió la puerta e intercambio unas
palabras con la doctora.
-Doctora
Anastasia espero que sepa lo que está haciendo
-Eso
espero yo también.
Entramos
y miré a todos los lados buscando a la voz, había reconocido la voz
como perteneciente a la jefa de emergencias que me trajo aquí y
quería ajustarle las cuentas, no la vi por ningún lado. Avanzamos
unos 50 metros por pasillos, giramos en varias esquinas y tras pasar
un par de puertas nos paramos delante de una muy ricamente decorada,
la sensación extraña que había notado desde que nos acercamos al
edificio se había ido intensificando y ahora me impelía a avanzar,
eso es lo que hice, abrí las puertas y clave mi mirada en la persona
sentada en el escritorio a cinco metros.
El
siguiente minuto es muy difuso, tenia que llegar hasta la persona de
la mesa eso es lo único que recuerdo. Solo caminaba, un paso, luego
otro, así hasta completar los cinco metros, llenos de obstáculos,
los cuales fui esquivando con los ojos anegados de lágrimas sin ver,
sin separa los ojos de esa mujer, presidiendo la sala. Obstáculos
que se interponían en mi camino, hacia ese escritorio, en los que
para mi se había convertido en lo mas importante del mundo. No veía
nada, sentía los obstáculos a mi alrededor; donde estaban, que
hacían, como se sentían, sus próximas acciones y al fondo a menos
de cinco metros la mujer que era mi objetivo, irradiando una calidez
como hacia mucho que no sentía.
Finalmente
llegué a la mesa y me abrace a mi madre que estaba esperando con los
brazos abiertos y caímos de rodillas al suelo mientras, aspiraba el
aroma de su pelo por primera vez desde hacia 10 años.
No
era capar de hablar, pero mi cerebro empezó a funcionar a mil por
hora y a acumular preguntas un millón mas a las que ya tenia, pero
mi cerebro y mi boca no se comunicaban, solo pude decir.
-Mamá.
-Si
hijo, si. Mamá está aquí. Sssss no digas nada. Ya todo está
bien... Olga querida da por finalizada la reunión y que no salga de
aquí lo que ha ocurrido.
Hubo
algo de movimiento en la sala pero yo seguí sin separarme de mi
madre a la que hacia tanto tiempo que no veía.
-Bueno
bueno bueno, la que has liado en un momento ¡eh!.
La
miré a los ojos con una risa bobalicona, sin saber que me estaba
contando.
-Si,
si te digo a ti. ¡Te parecerá poco! Lesionar y deshacerte de la
mitad de mi escolta.
-Lesionar...
deshacer... mitad... escolta._estaba obligando a mi cerebro a
funcionar. Costaba.
-Si,
si, eso mismo, están detrás tuyo.
-Detrás...
mio... ¡Si solo he caminado hasta ti! Me llamabas_ya era capaz de
pensar por mi mismo, aunque no mucho.
-¡Solo
dices! ... mmm... te creo, pero echa un vistazo detrás tuyo.
Arriesgue
un vistazo alrededor nuestro y vi a 7 chicas tiradas por el suelo
había otras 5 ayudando a las caídas dos mas en la puerta de entrada
con cara de enfadadas, reteniendo a Anastasia y Begoña sin quitarme
ojo, así como otra cerca, de pie a nuestro lado, estática, sin
prestarnos atención pero pendientes de nosotros. Me vino a la mente
a modo de flash de los cinco metros que caminé entre ellas, me fue
cambiando la cara.
-¡Oh
oh! Mamá, lo siento, no era mi intención lesionar a nadie ¡ni
siquiera se como lo he echo! Cuando se abrió la puerta y te vi, solo
podía pensar en llegar hasta ti, se que algo se interpuso en mi
camino, pero simplemente lo esquivé.
-Lo
sé y no te preocupes, de momento, en un par de días estarán
recuperadas, les dolerá un poco el orgullo ,ya nos preocuparemos de
eso mas adelante. Anastasia revisa a las chicas y me das un informe,
Begoña échale una mano con las curas, Olga ayúdame a levantarme y
después con cuidado entre las dos levantamos a Segismundo, es mi
hijo sabes y aunque no lo parezca tiene un par de costillas rotas.
-Si
“Madre”.
La
tal Olga enarcó una ceja, como si no se creyese lo que decía, pero
no discutió y se dispuso a levantara mi madre. Entre las dos me
levantaron con mucho cuidado y aun así no pude evitar poner una
mueca de dolor y perder el aliento.
-Puedo
echar un vistazo a esa costilla_dijo Olga.
Me
miraba a mi, mire a mi madre que se encogió de hombros sin perder la
sonrisa, no me dio tiempo ni a decir que si, me cogió el brazo
escayolado a la altura del hombro, por encima de la escayola, me lo
sujetó firmemente y estuvo palpando mi hombro izquierdo, el
dislocado, por las costillas, brazo, luego me quitó la camisa y
siguió palpando en un momento dado cambio la sujeción por la del
otro hombro y tiró hacia arriba a la vez que metía dos dedos debajo
de la axila. No era un dolor insoportable, aunque tampoco se lo podía
decir, la muy cabrona me había dejado sin poder hablar, soltó la
presión treinta segundos después y me quedé jadeando.
-Un
nervio pinzado y el tendón fuera de su sitio. Tres sesiones mas.
-Lo
dejo en tus manos Olga._solo cabeceo, ni una palabra mas.
Salió
de la sala a la vez que una de las chicas de la puerta se coloco a
nuestro lado. Anastasia ya había terminado de reconocer las lesiones
de las chicas, estaba esperando apartada para dar su informe. Cuando
vio que mi madre la prestaba atención dio un paso adelante, se dejo
caer de rodillas al suelo e inclinándose hasta tocar con la frente
el suelo estirando los brazos juntos hacia delante. Begoña se dio
cuenta de lo que hacia Anastasia he hizo intención de acompañarla.
-Begoña
¡Esto no es asunto tuyo!_dijo mi madre.
Estábamos
observando a Anastasia cuando entro Olga seguida de seis chicas de
seguridad, que se desplegaron rodeando nuestra posición, a un gesto
de Olga una de ellas adoptó la misma postura que Anastasia, dejando
espacio suficiente para moverse alrededor. Venia con la vista baja y
el pelo por la cara y no vi quien era, aunque supuse que era la
persona que nos había dejado entrar.
Hice
ademán de moverme pero mi madre me sujetó el brazo y vocalizando me
dijo “Observa”. Olga empezó a pasearse entre ellas y con una
fusta toco a la Doctora.
-¿Nombre?
-Anastasia
Muñoz.
-¿Cual
es su ocupación?
-Médico.
-¡Esto
no es un hospital!, ¿Que ha venido hacer aquí?
-No
señora. Evitar que Segismundo siguiese cayendo en una depresión.
Hubo
un intercambio de miradas entre Olga mi madre y yo, solo pude
encogerme de hombros y afirmar, sorprendido.
-Posición
de espera._ladró Olga.
Anastasia
irguiendo el torso y sin levantar la vista, coloco las manos sobre
las rodillas con las palmas hacia arriba.
-Informa
sobre el estado de las lesionadas de esta sala.
-Golpes,
contusiones, dos dedos dislocados y una ceja rota, la enfermera
Begoña se está encargan de la inmovilización y de curar la ceja.
Repitió
la misma operación, solo que se demoró dando dos vueltas alrededor
de Primavera.
-¿Nombre?
-Primavera
Rivas
Ortiz.
-¿Cual
es su ocupación?
-Emergencia
y seguridad.
-¿Que
clase de emergencia es dejar pasar por su puesto de seguridad a
personas ajenas a esta institución?
-Ninguna
señora.
-¿Porque
dejaste entrar a Anastasia, Begoña y Segismundo?
-
Cumplía ordenes de la Doctora Anastasia.
-¡Ordenes!
Esas ordenes incluían poner en peligro a La Madre y lesionar a 5
compañeras
-No
señora. Solo permitirles la entrada. Para conseguir una audiencia y
evitar que Segismundo, siguiese cayendo en una depresión. Se lo
debo, por mi culpa
-¡Silencio!
Posición de espera.
Ahora
me tocó a mi. Y no se porque, pero Olga me dio miedo, aunque ni
siquiera se me acercó.
-Nombre._mire
a mi madre que solo me sonrío.
-Segismundo
Perez Ortiz.
-¿Cual
es tu ocupación?
-Estudiante.
-¿Cual
era tu intención al venir aquí?
-Ninguna,
no tenia ni idea de donde me estaban llevando, ¿si, ni siquiera se
donde estoy?.
-¿Porque
has agredido al personal de seguridad?
-Porque
se interponían entre mi camino hacia mi madre. Tampoco soy
consciente de haber agredido a ninguna de las chicas de seguridad,
pero se que lo he echo y lo siento.
-Llevaos
a esas dos de aquí.
No
opusieron resistencia y aun así las de seguridad, dos por cada una,
las trataron con rudeza pero sin hacer excesiva fuerza, era mas el
gesto que otra cosa. Estaban saliendo por la puerta y me di cuenta
que Begoña estaba cerca esperando.
-Begoña,
si has terminado nos vamos.
-Estoy
lista, Madre.
Se
coloco a mi lado y salimos de la sala siguiendo a mi madre con Olga a
la cabeza, la comitiva la cerraban las dos de seguridad que estaban
en la puerta, recorrimos un par de pasillos, subimos una escalera y
tras recorrer parte del pasillo nos paramos delante de una puerta y
mi madre me pidió silencio antes de entrar.